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El CMVP y sus profesionales: Camino de la Certificación

logowebLa Ley Nº 28740 del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa del Perú – SINEACE – establece la certificación de los profesionales en el Perú e indica que ésta la realizarán los Colegios Profesionales que se acrediten para ello.

La Ley indica que la certificación es obligatoria para los profesionales de la salud, entre los cuales se encuentran los Médicos Veterinarios. En un principio, se hacía la salvedad refiriéndose a aquellos veterinarios que realizaban labores asistenciales. Y ahora, solamente se dice: médicos veterinarios porque son profesionales de la salud.

El debate sobre el tema se inició con unos pocos colegas que escriben sus opiniones vía internet, que si éramos o no profesionales de la salud; y si no éramos, ¿Por qué estábamos obligados?

La profesión médica veterinaria es compleja, abarca una variedad de “especialidades”, es decir, diferentes funciones que llevan a cabo sus profesionales, estando la mayoría en el campo de “animales de compañía”, y los demás, dedicados a aves, vacunos, equinos, porcinos, unos como docentes universitarios o en institutos superiores, en la administración pública, en los municipios, en los mataderos, y demás lugares ( zoológicos, criaderos, ventas).

Los colegas que trabajan en el Ministerio de Salud y sus diversas dependencias tienen clara la obligatoriedad de su certificación. Los que ejercen la docencia deben obligatoriamente obtener su certificación.

Algunos veterinarios dedicados a la atención de animales menores se preguntan: ¿Quién me va a pedir la certificación? ¿para qué me voy a esforzar?

El problema es: ¿habrá tantos evaluadores del CMVP como especialidades existen actualmente? El Colegio se está preparando para ello, y los colegas con voluntad, también.

Los más soberbios ya comentan: a mí que he estudiado en el extranjero…¿ quién me puede evaluar en el país?

Lo cierto es que en todos los países donde ya se ha implementado procesos de certificación, el único objetivo es evaluar con miras a contar con un servicio de calidad, eficiente y eficaz, que solamente pueden ofrecer los profesionales que se han preocupado de actualizar sus conocimientos en forma permanente y de aplicar las buenas prácticas, de acuerdo al desarrollo y a los cambios científicos y tecnológicos.

Mediante la certificación profesional, el Colegio va a reconocer los conocimientos, el desempeño, las destrezas y habilidades del veterinario para ejercer su profesión.

Últimamente proliferan nuevas universidades con nuevas facultades de veterinaria, de las cuales no se puede garantizar la calidad de la enseñanza universitaria y, por tanto, la preparación de sus egresados. La certificación serviría para validar una óptima formación de los Médicos Veterinarios, se constituye en un importante instrumento para que las aulas y los egresados alcancen la calidad profesional esperada y se la reconozca como tal.

La certificación, por un lado, protege a los usuarios, garantizando que el profesional certificado posee los conocimientos, habilidades y destrezas suficientes para ejercer la profesión, y por otro lado, incentiva al profesional a una preocupación constante en la actualización de conocimientos.

¿Por qué nos oponemos a la certificación o a su obligatoriedad? Se puede citar numerosos casos de colegas que han migrado a otros países y han tenido que cumplir con las exigencias de, prácticamente volver a estudiar la carrera o aprobar rigurosos exámenes de suficiencia, para poder ejercer la profesión en el extranjero.

Si somos conscientes de que damos un buen servicio y poseemos conocimientos suficientes y actualizados, no debería atemorizarnos solicitar nuestra certificación. Y, si debemos previamente, actualizar conocimientos, pues el que se ha propuesto ser profesional sabe que la universidad solo es el comienzo de la primera etapa del estudio, y que se aprende continuamente, los conocimientos se enriquecen , progresan, mejoran, hay nuevos descubrimientos, nuevos equipos, nuevas técnicas, que tenemos la obligación de conocer para dar un buen servicio.